miércoles, 16 de julio de 2008

eso era


"Estoy con el campo" se leía. Justito atrás mío. En mi espalda se leía. Y él hablaba de cualquier cosa, y nosotras nos reíamos. "Estoy con el campo". Imposible no quererlo. Aunque lo vieras por primera vez. Y ella, tan buena, madera noble.
Quién dice qué. Por qué. Quién opina. Qué. Cuándo. Sobre qué. ¿Conocimiento de causa? ¿Opinólogo?
Y vos querías abrazar la inmensidad, que te llene el corazón, abrazarlos a ellos y llevártelos, en el alma y para siempre. Y a los que no estaban, también. Los de allá, los de acá, los de más allá y los de nunca jamás. Y que te quede grabado. Y que esas carajadas que derrochabas sonaran para siempre. Y las miradas.
Y pensás si darías la vida por algo. No. Por algo, no.
Por alguien, sí. Dice de adentro. Sale de adentro.
Algo pasa a un segundo plano tan segundo plano... prohibiciones... qué inútil.

Lo dice la Estrella mímesis, creo.
No es lo mismo escucharlo que darse cuenta.
O capaz entendí mal.

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