ecos de los ecos del silencio

Es así: me puse al día con el blog de un chico que se las da de amargo por la vida, hace varios días había escrito sobre el silencio y yo estaba escribiendo mi humilde comentario. Pero mis divagues se fueron de tema y me pareció robarle demasiado espacio, sobre todo teniendo en cuenta los criterios de no pertinencia que todos debiéramos aplicar en nuestras vidas, pero muchos no aplican mal que nos pese, y otros los aplican por demás, diría rozando los límites del abuso, creo que estamos los miembros de este blog más cerca de los últimos que de los primeros, pero siempre cuando nos conviene, y me fui de tema de nuevo, menos mal que sólo resta copiar y pegar.



Yo soy gran aficionada de los silencios. Me producen una gran fascinación.

A veces te encontrás con alguien que parece, si no compartir, aceptar esa afición como en un acuerdo tácito. Y es realmente agradable. Un pacto de silencio sin necesidad de hacer de cuenta que hay cosas que decir. Sin ceremonias, rituales innecesarios.

Porque en realidad el otro (como persona, como identidad, como ser) no existe. Nada de lo que pueda salir de él te va a dar ninguna imagen de lo que es, porque simplemente no existe (acá podrían decir "regularidades", y creo que no vale la pena argumentar, la misma palabra se entierra solita).

Es fascinación porque sos consciente de eso que no existe y que en realidad construís vos, no te engañás pensando que es mera percepción, no es atribuible a ese otro.

"Eso no es sano". No, no lo es. Pero, ¿es sano no callar las cosas, decir de frente todo lo que te pasa (como si eso pudiera ponerse en palabras) y que igual no te entiendan? ¿es sano ser más claro que el agua y el otro no te entienda porque igual sigue siendo una nebulosa desconocida? ¿qué palabras? ¿qué dicen? ¿qué expresan? ¿a quién? Hablar de cuestiones punzantes sin problemas, y con claridad. No guardarse nada. Y en definitiva nunca llega. Te esforzás, pero no llega. Lo único que te queda, a modo de souvenir, es el autoconocimiento (si es que eso es posible, yo me inclino por un no y me parece claro el por qué), y tal vez una cuota de frustración.

Entonces, el silencio. Más fascinante, más encantador. Se muestra como silencio, se vive como silencio. No te miente. No te engaña. Es silencio. Miente y engaña pero diciéndote que lo hace. Es el silencio al que, igual, no podés culpar. Todo vuelve a vos, ¿y quién es vos?